Es difícil escribir algo que no se haya dicho ya sobre Rafa Nadal.
Porque además de sus cualidades tenísticas que le han convertido en el mejor deportista español y uno de los mejores tenistas del mundo de todos los tiempos, también es uno de los más queridos y respetados, un auténtico ídolo. De su carrera deportiva es obligado hablar de Roland Garros, la hazaña imposible de Nadal.
Hay muchos logros en el mundo del tenis, algunos muy difíciles, pero si hay uno que es casi imposible de alcanzar, es el conseguido por Rafael Nadal en París.
Ganar un Grand Slam no es fácil, ganar 14 veces el mismo torneo es una exageración, nadie lo ha igualado. Pero si, además, resulta que lo has ganado 14 veces de 14 finales disputadas, eso resulta casi imposible.
El dominio de Rafa, en la historia del tenis, en pistas de tierra batida, es sencillamente inigualable. Además de los 14 Roland Garros, 26 Master 1000: 10 torneos de Roma, 11 Montecarlo, 5 Madrid, 12 Barcelona (ATP 500) y así hasta un total de 64 torneos con más del 90 % de partidos ganados, 81 seguidos. Unos récords inalcanzables para cualquier tenista de cualquier época.
Aquí os mostramos la clasificación historica de Roland Garros de la Era ATP.
Parece como si le hubieran dado la exclusiva, llegando a ser prácticamente invencible. En nuestra estadística particular de La Carrera del Tenis por la Historia su dominio en puntos ATP sobre la arcilla, además de otros récords ya conocidos, es absolutamente apabullante.
Lo mismo ocurre respecto a la precocidad. Cuando analizamos los logros de los tenistas hasta cierta edad, es el más grande sin ninguna duda. Hasta los 21 años el que más se le ha acercado es Carlos Alcaraz, pero no se ve a nadie que pueda alcanzar sus números entre los jóvenes actuales.
Y un aspecto, menos señalado, donde seguramente ha sido el mejor, al margen de su capacidad de lucha, resistencia, etc., es su inteligencia en la pista. Nadie ha sabido leer mejor los partidos, nadie ha sabido escoger mejor los golpes en cada momento, ni las estrategias adecuadas para cada rival.
Que se lo pregunten a Roger Federer.